lunes, 1 de octubre de 2012

Una gran despedida



El despertador comenzó a sonar a las 5,30 de la mañana. Nadie se movió... la noche anterior había sido larga. De repente alguien abrió los ojos y dijo "vamos, esto será una chimba!". 

Comenzamos a subir hacia el mirador, uno detrás del otro, en fila india. Lucas dormía arriba, en su tienda de campaña, así que le llamamos y en seguida asomó la cabeza. Hanna y Gabriel aparecieron a los pocos minutos con una gran antorcha para encender la hoguera. 

Era nuestra última mañana con todos ellos, y por consiguiente, nuestro último amanecer. Cristian, biólogo y gran amante del deporte y la naturaleza, nos había llevado a ver los paisajes más increíbles de Salento en bicicleta. Hanna, que llegó de Austria y decidió quedarse, ponía tanto amor en su cocina que los platos vegetarianos que preparaba sabían espectaculares.


Gabriel creyó en un sueño y lo hizo realidad. Con la ayuda de todos y su esfuerzo, Yambolombia ha sido mas que un hostal natural, si no una experiencia para todos inolvidable!


Dani, de Inglaterra a Colombia. Nunca paraba quieta. Todos le ayudábamos en su afán por aprender español. Poco a poco, cada día una palabra más. Y sus tamales, sorprendentemente, superaban los de toda Colombia. 




Giorg, después de un largo viaje por Europa, aterrizó en Salento. Era carpintero y día a día ayudaba en la construcción del nuevo espacio. 


Lucas, de Medellín. Podías pasar horas y horas hablando con él. Su interés por conocer la historia y los porqués del mundo eran insaciables. La lectura, una pasión para compartir.


Unos días inolvidables. Supongo que nunca esperas llegar a un lugar y formar una pequeña familia. Gente que encuentras en tu camino, por casualidad o por destino, no lo sabemos, pero que sabes con toda seguridad que sin ellos nada hubiera sido igual. 





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